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martes, 22 de noviembre de 2011

A tu salud



Pues eso....

2 comentarios:

  1. Lo que eres
    me distrae de lo que dices.
    Lanzas palabras veloces
    empavesadas de risas,
    invitándome
    a ir adonde ellas me lleven.
    No te atiendo, no las sigo:
    estoy mirando
    los labios donde nacieron.
    Miras de pronto a los lejos.
    Clavas la mirada allí
    no sé en qué, y se te dispara
    a buscarlo ya tu alma
    afilada, de saeta.
    Yo no miro adonde miras:
    yo te estoy viendo mirar.
    Y cuando deseas algo
    no pienso en lo que tú quieres,
    ni lo envidio: es lo de menos.
    Lo quieres hoy, lo deseas;
    mañana lo olvidarás
    por una querencia nueva.
    No. Te espero más allá
    de los fines y los términos.
    En lo que no ha de pasar
    me quedo, en el puro acto
    de tu deseo queriéndote.
    Y no quiero ya otra cosa
    más que verte a ti querer.



    De «La Voz a ti Debida» (1933)

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  2. Veo dos lecturas posibles en la frase que has colgado:
    La primera que me viene a la cabeza es cuando alguien nos quiere hacer creer una cosa que no es. Cuando nos está o engatuzando, o bien, cuando realmente está haciendo de perro ladrador poco mordedor...

    Y la segunda cuando oímos en vez de escuchar. Cuando nos escudamos bajo una coraza, donde sólo dejamos ver lo que expresamos y no lo que sentimos... y es que a veces las palabras nos alejan de la esencia. . Nos creemos lo que nos están diciendo, pero no lo que realmente están manifestando.

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